Como plantar un jardín


Por April L. Simon
NCCU Latino Beat Writer
the Durham VOICE
thedurhamvoice@glmail.com

Ruby Góngora, que pronto cumplirá 10 años de edad, es una chica tranquila y bonita que recientemente se mudó a los Estados Unidos de Durango, México. Ella saluda de una manera tímida mientras entra a su clase de Inglés como Segunda Lengua (ESL) número 501 en la Escuela Primaria Eastway.

Estudiante de ESL, Jennifer Guerra, 8, esta entusiástica para participar en conversaciones de clase. Foto por April L. Simon.

El salón es de un color amarillo intenso y cuenta con muchos carteles bilingües que fomentan la buena conducta en el aula y cuáles son las expectativas. Ann Norris, una de las tres profesoras de tiempo-completo de la clase de ESL saluda a Ruby y se sienta con ella en una mesa pequeña.

“¿Cómo te sientes hoy?,” le pregunta Norris, mostrándole una hoja con caras de dibujos animados que muestran diferentes sentimientos.

La niña se sonríe mientras señala y dice, “Orgullosa.”

Ruby tiene buenas razones para sentirse orgullosa de sí misma. Ella es uno de los más de 170 estudiantes de ESL en la escuela primaria Eastway.

A diferencia de sus compañeros cuya lengua-materna es el Inglés, los estudiantes que hablan otra lengua se enfrentan al doble desafío de aprender nuevo material, y también el idioma en que se enseña.

A pesar de las dificultades, estos niños, de acuerdo con Norris, a menudo muestran más avances que los estudiantes tradicionales en sus tareas escolares desde el comienzo y hasta el fin del año escolar.

“Es un problema del idioma,” dice Norris, “y hacia el final del año hacen su trabajo de clase mucho mejor.”

El programa de ESL tiene varias estrategias. Hay clases individuales, como en la que Ruby está participando, pequeños grupos de estudiantes de ESL trabajando juntos, y la incorporación de los profesores en el aula.

El plan de estudios utiliza muchas de las estrategias del exitoso “Reading Recovery”, que enseña a los lectores principiantes como comprender mensajes escritos e incrementar la lectura y la escritura.

Los niños leen libros un poco más avanzados de su nivel de lectura, y discuten con las maestras lo que sucedió en las historias.

También se centran en la pronunciación y las palabras desconocidas.

En general, la atención se centra en el desarrollo de estrategias que ayuden a los niños no sólo a aprenden a hablar y entender el Inglés, pero también a leer y escribir a nivel de grado.

En su salón de clases, Norris sigue utilizando estrategias de ESL con toda la clase. Esto significa una gran cantidad de efectos visuales, acción, y la explicación del vocabulario.

“Es útil para todos los niños, sin importar el idioma,” dice Norris, “lo que realmente les ayuda a entender los conceptos.”

En el aula de tercer grado de la Sra. Elaina Toman, los estudiantes saludan a Norris con mucho interés.  Norris toma su lugar en la parte delantera del salón. Ella comienza a hacer preguntas sobre el libro que los niños han estado leyendo.

Una niña con las uñas pintadas de color rosa y guantes púrpura de rayas levanta la mano con entusiasmo, con ganas de contestar todas las preguntas. Su nombre es Jennifer Guerra, y es una de los estudiantes de ESL. Muy a menudo que no, ella contesta todas las respuestas correctamente. Está claro que es una de las lectoras más avanzadas en el salón.

“Jennifer está muy concentrada,” dice la profesora Toman, “el avance es bastante increíble, algunos de ellos adelantan muy rápido.”

Cuando se le pregunta qué quiere ser cuando crezca, Jennifer contesta, “Una maestra, porque me gusta leer y me gusta ir a la escuela.”

La Maestra Norris ayuda a Ruby Góngora con su lectura en Inglés. Foto por April L. Simon.

Los estudiantes de ESL, de acuerdo con Norris y sus compañeras Maggie Gallagher y Libbie Hall, son conocidos por ser muy respetuosos con los profesores y sus compañeros de clase.

Además, sus padres son mucho más propensos a estar involucrados en las conferencias con los maestros y  con actividades de la escuela.

“La participación de los padres es fabulosa,” dice Gallagher, “la verdad, es notable.”

La participación de los padres de familia es crucial para el éxito de todos los niños. Nadie sabe esto mejor que Eduardo Pérez.

Pérez ha trabajado en Eastway 11 años desde antes de que él estuviera con las secundarias y preparatorias en el área de Durham. Es el padre enlace/traductor y también trabaja en la prevención de la deserción.

“Es elemental le digo a los papás para ilustrarles la importancia de la educación y hacerlos sentir bien,” dice Pérez.

Pérez, que lleva una cadena alrededor del cuello que muestra las banderas de varios países de Latinoamérica, muestra su colección de recortes de periódicos laminados sobre Eastway. Señala a los estudiantes del pasado y habla de donde están ahora, las historias felices y tristes.

Algunos dejaron la escuela porque se embarazaron, otros se metieron en problemas con la ley. Sin embargo, hay muchas historias alentadoras también. Al igual que los estudiantes que se graduaron con honores y se han convertido en exitosos empresarios.

No siempre es fácil para las familias aquí, Norris y Pérez están de acuerdo, pero la educación es lo mejor que las familias dan a sus hijos para que tengan las oportunidades. Por eso muchos han emigrado a los Estados Unidos.

Pérez compara a la educación como “una cosecha”, lo cual puede tomar meses o años para ver los frutos.

“Usted tiene que plantar [el aprendizaje] ahora”, dice Pérez, “como dar a las plantas buen aire y agua, si se le da a sus hijos una buena educación, producirá un hermoso jardín.”

En cuanto a Ruby, ¿qué es lo que quiere ser cuando sea grande?

“Una doctora”, dice con una sonrisa.

¿Qué mejor razón para sentirse orgullosa de sí misma y alcanzar sus sueños?